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La política y la vida

  • apeveeditor
  • 23 oct
  • 3 Min. de lectura

MIGUEL SANCHÍZ


Me pide mi amigo y presidente, Paco Cerro, que escriba algo para nuestra APEVE y que, por favor, no sea de política. Difícil tarea: todo es política en la vida. No porque vivamos pendientes de los partidos o de las urnas, sino porque la política —en su sentido más noble— es la manera en que nos organizamos para convivir. Es el arte de lo común, la ciencia de lo compartido. Decir que algo “no es político” equivale a decir que algo no nos afecta, y eso, hoy más que nunca, es imposible.

Miguel Sanchíz
Miguel Sanchíz

La política empieza en casa, en cómo escuchamos al otro, en cómo respetamos las diferencias. Está en el tono que usamos con quien no piensa igual, en el modo en que votamos, pero también en cómo educamos, trabajamos o conducimos. Hasta en el silencio hay política: callar ante una injusticia es tomar partido, aunque uno lo niegue.

El problema es que hemos confundido la política con la lucha por el poder. Hemos reducido su sentido a un tablero de intereses, olvidando que, antes que eso, la política era una conversación moral. Aristóteles lo dijo mejor que nadie: el hombre es un animal político, no porque deba militar en un partido, sino porque necesita de los otros para realizarse. La vida, en solitario, es mera supervivencia; la vida compartida, en cambio, es proyecto.

Cuando Paco me pidió un texto “no político”, comprendí que lo que deseaba, en el fondo, era un respiro: una tregua frente al ruido. Y lo entiendo. Vivimos saturados de eslóganes, de consignas que nos dividen, de tertulias que sustituyen la reflexión por la crispación. Pero incluso ese cansancio forma parte de la política, porque nace del hartazgo de los ciudadanos ante una conversación pública que ha dejado de ser razonable.


La tertulia de APEVE, presidida por Francisco Cerro, se reúne en La Montefiore, en Boadilla del Monte
La tertulia de APEVE, presidida por Francisco Cerro, se reúne en La Montefiore, en Boadilla del Monte

Quizá la tarea no sea dejar de hablar de política, sino volver a hablar de ella con serenidad. Recuperar la política como diálogo y no como combate. Porque la política, cuando se limpia de vanidad y cálculo, es profundamente humana. Es decidir juntos hacia dónde vamos, cómo queremos vivir, qué valores nos unen.

La política, como la vida, es imperfecta. No hay soluciones definitivas ni sistemas infalibles. Pero sí hay actitudes que la ennoblecen: la paciencia, la generosidad, la escucha. En política, como en la amistad, no se trata de tener siempre razón, sino de no romper los puentes. Uno puede disentir sin dejar de querer, y discrepar sin perder el respeto. Esa es una lección que la vida enseña mejor que cualquier parlamento.


"La política debería parecerse a nuestras tertulias de APEVE"
"La política debería parecerse a nuestras tertulias de APEVE"

A veces pienso que la política debería parecerse más a nuestras reuniones de APEVE: un grupo diverso, con biografías distintas, que se sienta a conversar sobre lo que ama, lo que teme o lo que sueña. No necesitamos estar de acuerdo en todo para disfrutar del encuentro. Lo importante es la mirada compartida, el sentido de comunidad. Si eso no es política, ¿qué lo es?

Vivimos tiempos en los que muchos se declaran “apolíticos” como quien se declara libre de culpa. Pero no se puede vivir fuera de la política, como no se puede vivir fuera del aire. Todo lo que hacemos —cómo tratamos al camarero, cómo usamos las redes, cómo cuidamos a nuestros mayores— tiene una consecuencia pública. Somos responsables, aunque no queramos.

Por eso, cuando Paco me pidió que escribiera algo que no fuera de política, supe que, en realidad, me estaba pidiendo que hablara de la vida. Y hablar de la vida es hablar de la política bien entendida: esa que no se discute en los parlamentos, sino que se practica en los gestos cotidianos.

La política, al fin y al cabo, no es solo gobernar, sino convivir. Y si en APEVE seguimos reuniéndonos, escuchándonos y aprendiendo unos de otros, es porque —sin saberlo— seguimos haciendo política. De la buena. De la que mejora la vida. De la que merece la pena.


Los diálogos en la tertulia de APEVE: "una tregua frente al ruido"
Los diálogos en la tertulia de APEVE: "una tregua frente al ruido"

 
 
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